DUDAS DE CLASE: Sobre la seguridad de los aditivos (hoy el aspartamo)
Cuando empiezas a hablar en clase de alimentos y sus efectos sobre la salud, es inevitable (sobre todo al principio de curso) que los alumnos planteen cosas que han oído por ahí, o han leído en internet, y que muchas veces no tienen mucho fundamento.
Eso me lleva a la entrada de hoy: una alumna planteaba que
mejor no tomar Coca-Cola Zero, porque lleva aspartamo y eso da cáncer
de huesos,
que se lo había preguntado al médico, y éste le había dicho que sí.
Vamos
a echarle un vistazo al aspartamo.
El
aspartamo es
un edulcorante (una
sustancia que se utiliza para dar sabor dulce a determinados
productos) artificial, conocido
también como E-951.
Su poder edulcorante (1), es
decir, su capacidad de comunicar sabor dulce, es enorme,
aproximadamente doscientas veces el de la sacarosa (el azúcar de
mesa).
Lo
de su poder edulcorante se descubrió casualmente,
en 1965, mientras una compañía farmacéutica estaba buscando y
testando fármacos antiulcerosos. James Schlatter (2) estaba
recristalizando un compuesto que habían sintetizado a partir de
ácido aspártico y fenilalanina, cuando una porción del polvo
que manejaba se derramó en su mano.
Estructura
del aspartamo. Fuente: Wikipedia
|
Un
rato más tarde, por descuido, se
lamió los dedos,
(paréntesis: una
idea fantástica,
lo de lamerse los dedos cuando estás manejando compuestos químicos)
y percibió el sabor dulce de la sustancia.
En
1966 informaron del descubrimiento y en 1969 lo publicaron en
el Journal
of the American Chemical Society,
informando ya de él como edulcorante. Para que os hagáis una idea
del horizonte temporal, el mismo año en que el hombre llegó a la
luna.
Inicialmente no
se le suponía toxicidad, ya que era un derivado de un dipéptido
(una molécula formada por dos aminoácidos presentes en muchísimas
proteínas). Actualmente se comercializa bajo varias marcas, ya que
su patente expiró hace tiempo. Algunas de esas marcas os sonarán,
como Canderel o Natreen.
Así
que llevamos usando el aspartamo como sustitutivo del azúcar durante
muuuchos años y en muuuchos productos, ademas de comercializarse
como edulcorante de mesa (lo que normalmente llamamos sacarina,
aunque no siempre lo sea).
Entonces ¿dónde
empiezan los problemas? Pues
en 2005, un
estudio de
un equipo italiano realizado con ratas de laboratorio concluye
que el aspartamo puede tener efectos cancerígenos.
Y
ahí has tocado un tema sensible.
En
ese punto, la
EFSA (Agencia
Europea de Seguridad Alimentaria) y
la FDA (el
equivalente para alimentos y fármacos de Estados Unidos) revisan
el estudio, y lo rechazan por errores metodológicos.
Además indican
que el uso de aspartamo es seguro para humanos, a
las dosis en las que está permitido.
La
IDA (Ingesta Diaria Admisible) del aspartamo es de 40 mg por kg de peso y día. Hay que
tener en cuenta que la
seguridad de los aditivos se reevalúa cada cierto tiempo por
parte de las autoridades sanitarias.
(Otro
paréntesis:
la IDA representa
la cantidad
máxima de cada aditivo que debería tomar una persona al día sin
que causase ningún problema.
Y se calcula rebajando muuuuchas veces la cantidad diaria que se
estima que daría problemas de toxicidad. Se expresa por kilo de peso
de la persona que ingiere el aditivo. Y
hay muchos aditivos que no presentan toxicidad, y que por lo tanto no
tienen un dato de IDA).
Pese
a ello, en 2010 y 2011, varios artículos se hacen eco del estudio
italiano, y presionan en la UE para que se vuelva a revisar la
seguridad del aspartamo. Lo que nos lleva a 2013, y una nueva
revisión de la EFSA, ya que se solicitaba que se revisase la dosis
recomendada, a la baja.
Y
la EFSA (podéis verlo en este estudio (3),
ojo que está en inglés) establece de nuevo en animales un
NOAEL (nivel
sin efecto adverso observable) para
el aspartamo de 4000 mg/kg (o sea, de 100 veces su IDA).
Traducido: que niveles 100 veces superiores a lo que se establece como cantidad diaria segura del aditivo no causan efectos observables en animales. Y lo voy a rizar más aún: las dosis permitidas en la legislación alimentaria para el uso del aspartamo también rebajan varias veces su IDA.
Traducido: que niveles 100 veces superiores a lo que se establece como cantidad diaria segura del aditivo no causan efectos observables en animales. Y lo voy a rizar más aún: las dosis permitidas en la legislación alimentaria para el uso del aspartamo también rebajan varias veces su IDA.
O
sea: la dosis de aspartamo en los alimentos que está permitida
por la legislación es muy inferior a su IDA, que a su vez es
muy inferior a su NOAEL, que representa la dosis por debajo de la
cual NO HAY EFECTOS OBSERVABLES.
Ahora
bien: ¿es inocuo el aspartamo? Pues
no exactamente. Sí que es cierto que el aspartamo puede dar
problemas de toxicidad,
debido a que libera en el plasma sanguíneo el aminoácido
fenilalanina, que da problemas cuando se alcanzan concentraciones en
plasma muy elevadas. Pero esto
no sucede a las dosis comentadas,
y no
está relacionado con el cáncer.
Además,
hay un sector de la población que padece una enfermedad
llamada fenilcetonuria (4),
en la que, debido a la dificultad de estas personas para
metabolizar la fenilalanina, puede
haber daño en el sistema nervioso central causado por grandes
concentraciones del aminoácido en sangre. Es
una enfermedad genética,
y actualmente es una de las pruebas que se realiza en todos los bebés
al nacimiento, para saber de forma temprana si padecen la enfermedad.
¿Os suena la famosa prueba del talón en recién nacidos?, pues ésa
es. Se llama así porque les toman una muestra de sangre con una
pequeña punción en el talón.
Para
prevenir problemas en la población sensible, es
obligatorio que en todos los productos que contienen aspartamo, se
incluya en el etiquetado "contiene una fuente de fenilalanina".
Sólo tenéis que buscar en la etiquetas de chicles o caramelos sin
azúcar, por ejemplo, y la veréis. Pero hay que tener claro que esto
sólo afecta a las personas que padecen la enfermedad, no al resto.
Curiosamente, sobre
los que sí que ha tenido efecto la presencia de aspartamo es sobre
las compañías que comercializan productos que lo contienen.
Los casos más conocidos son, claro, Coca-Cola y Pepsi. Para que os
hagáis una idea, y pese a que se ha demostrado que su uso es seguro
en las actuales condiciones, Pepsi lo sustituyó durante algún
tiempo, debido a que las ventas de algunos de sus productos se
resintieron, aunque luego lo ha vuelto a utilizar. Podéis leer un
artículo sobre esto aquí (5).
Y
Coca-Cola tiene publicadas unas cuantas preguntas y respuestas
explicando que el aspartamo es seguro, con infografía y todo, que
podéis ver aquí (6).
Resumiendo,
que está quedando un poquito largo: que hasta donde sabemos hoy, el
aspartamo NO causa cáncer (de huesos tampoco),
y que pese a que bajo ciertas circunstancias muy concretas y muy
conocidas pueda dar problemas de toxicidad, los
niveles a los que se usa son seguros,
y que para
la población sensible, se etiqueta en los productos,
para evitar problemas.
Así
que espero haber despejado la duda. Seguro que cuando vayamos avanzando salen más. O antes. Ah, y otra cosa: de ser cierto lo que me
cuenta mi alumna, hay médicos que deberían hacérselo mirar, porque
lo del cáncer de huesos es glorioso.
Texto de Ana Genovés
Texto de Ana Genovés
Referencias
para los enlaces:
(1) http://www.aditivosalimentarios.es/php_back/formulaciones/archivos/4/doc_es/4.pdf
(2) https://es.wikipedia.org/wiki/Aspartamo
(3) http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.2903/j.efsa.2013.3496/full
(4) https://medlineplus.gov/spanish/phenylketonuria.html
(5) http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150428_salud_pepsi_aspartamo_il
(6) http://preguntasyrespuestas.cocacolaespana.es/seguridad-aspartamo#.WcOyyYy0PIU
Comentarios
Publicar un comentario